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EXPERIENCIA PERSONAL


Primero  que todo quiero aclarar que no soy nutricionista, ni medica, ni nada relacionado con la salud, soy alguien  común y corriente que quiere compartir una experiencia que quizá pueda beneficiar o ayudar a otras personas.

En mi caso particular, puedo decir que soy una persona afortunada por el organismo que tengo ya que soy delgada, sin embargo cuando como demasiado se me notan mucho los kilitos de mas;  por tal motivo empecé a buscar y a investigar dietas para controlar mi peso, nada drástico, solo algo que me ayudara a mantener siempre la misma figura, así que conseguí varias opciones, y muy disciplinada comencé, pero ese impulso inicial me duro siempre un día, incluso tengo que admitirlo la mayoría de las veces no alcanzaba ni a terminarlo; por un lado habían dietas demasiado costosas, y por el otro, creo q no nací para aguantar hambre y mucho menos para dejar de comer todo lo que más me gusta. 

Un día hablando con un familiar, me comento que el problema era que yo no cerraba la boca y que así era imposible bajar de peso; puede sonar una bobada porque es así, es una bobada, pero es lo mas cierto del mundo, después de pensar en eso, empecé solo a bajarle a la comida, nada extremo, solo reduje un poquito la comida, por ejemplo, solía desayunar un café con leche con 4 panes dulces, un rollo de pollo, y cualquier otra cosa que me encontrara en el camino, luego comía fruta a media mañana, el almuerzo era lleno de harinas y grasas, en la tarde casi que repetía la dosis del almuerzo y en la noche, la comida chatarra que no me podía faltar, pizza, pollo, hamburguesa, todo lo que uno encuentra en la calle que es lo más rico pero lo más dañino para el organismo.  Mi rutina alimentaria cambio de la siguiente forma, el desayuno, era el mismo café, pero con uno o dos pancitos dulces, a media mañana la misma fruta pero en mayor cantidad, el almuerzo lo seguí consumiendo igual, en la tarde una ensalada de frutas con crema o helado, o ensalada de vegetales con pollo, y en la noche solo trataba de comer en la calle dos o 3 veces por semana, el resto de días, me tomaba una avena con pan integral, algo muy ligero. 

No voy a decir que no me daba hambre, acostumbrada a comer lo que estaba acostumbrada, habían momentos que el hambre se apoderaba de mi, pero el secreto para eso era, comer frecuentemente, pero alguna fruta, un jugo, algo que no tuviera grasas, ni muchas calorías.  Esto no es dejar de comer, es tratar de comer mejor, más saludable y en cantidades proporcionales.  Con esta rutina, les digo sinceramente que adelgace en una semana  de 4 a 5 kilos que era lo que me sobraba por así llamarlo, y me ayudo a conservar mi peso estable.  Puede que a algunas personas, les funcione, o puede que no, eso depende mucho del organismo que tenga cada quien, y de lo que consumen diariamente, sin embargo si definitivamente no les sirvió, en este blog les ofrezco una alternativa, que es una compilación de las dietas más sencillas, fáciles y rápidas de realizar que encontré en la red, especialmente para esos momentos de la vida en que necesitamos perder unos cuantos kilitos de emergencia.  Espero que les sirva,  recuerden que la idea es que adelgazar no se les convierta en un martirio, sino en algo fácil, sencillo y ante todo lo más importante  que sea algo que no afecte su salud.

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